He creído oportuno compartirlo para ver que os parece, y que opináis al respecto. Desde mi punto de vista, es un problema que cada vez es más frecuente, y hay que empezar a resolver, probablemente introduciéndolo en la educación.
“La gran verdad” de la anorexia y la bulimia: ¿se merecen esto nuestras hijas?
Son sólo cuatro minutos, pero se hacen eternos, con la incomodidad de algo que nos está sacudiendo por dentro. De esa medicina que sabemos que es buena porque sabe mal. “La gran verdad” es una eléctrica sacudida a nuestras conciencias sobre un tema sangrante: la anorexia y la bulimia.
¿Por qué todos y todas deberíamos verlo? Por que todos somos responsables del modelo de belleza que enseñamos a nuestras hijas.
Todo empieza con una imagen de una niña sonriente que no se espera lo que le va a caer encima posteriormente. Vemos la publicidad de modelos resplandecientes y sobre todo delgadas, antinaturalmente delgadas: actrices esqueléticas que la enseñaremos a idolatrar. Maniquíes casi desnudos que sólo nos muestran cómo los vacíos valores de esa sociedad del falso hedonismo y superficialidad destruyen a la persona.
Como en otras ocasiones, os recomiendo que antes de seguir con el artículo veáis el vídeo…
Para que entendamos bien de qué estamos hablando, os daré un dato: en un estudio hecho por la compañía de filtrado de contenidos en internet Optenet, leemos que entre 2006 y 2007 aumentó un 470 % el número de páginas en la red que defienden la anorexia y la bulimia.
Por desgracia, todavía hay mucha gente que ve rentable aprovecharse de la enfermedad de sus semejantes, y no tienen reparos en defender lo indefendible. Al mismo tiempo, organizaciones como el Instituto de Transtornos Alimentarios realizan una labor impagable que hace concebir esperanzas de cambio.
La imagen más impactante del documento es para mí el reflejo de una chica en el espejo. Vemos cómo es una persona con formas de mujer normal, o lo que debería ser normal. Pero ella no se ve así. Ella ve que tiene demasiado estómago, demasiada grasa en los muslos… incluso en la cara. Cuando la imagen se amplía y vemos cómo es la chica realmente, nos damos cuenta de que es enfermiza y extremadamente delgada: pero eso no es lo que ella ve en el espejo.
La sociedad te enseña a no aceptarte a ti misma, a ”cambiar para ser mejor“. Porque todo empieza por la no aceptación de uno mismo y los falsos modelos físicos que nos enseñan como “envidiables” en los medios de comunicación.
La última parte hace hincapié en las formas quirúrgicas de adecuar nuestro yo a los cánones estándard de la sociedad. Operaciones y más operaciones para lograr no parecernos a nosotros mismos, para no ser diferentes…Y al final, la última ironía: cuando la realidad no basta, siempre están los retoques por ordenador para “demostrarnos” que la crema X nos quita las arrugas.
Y volvemos a la niña del principio. A esa niña que no sabe lo que se le viene encima. Pero todavía estamos a tiempo de ser conscientes, de luchar por otra realidad donde nos enseñemos entre todos a aceptarnos como somos. Debemos avanzar hacia un mundo donde nadie necesite destrozar su físico para poder ser valorado por los demás…
Ojalá podamos lograr que la imagen del espejo sea la real y que estemos orgullosos de lo que veamos. Yo creo en ello: creo en la fuerza de las mujeres para romper con estereotipos machistas y coger las riendas de sus vidas.Porque ya no tienen por qué ser cenicientas… pero tampoco princesas desvalidas.
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